Jubileo de la Consolación 2025
Un tiempo de gracia y esperanza El Jubileo 2025 es un camino que une fe, esperanza y fraternidad. Entre los grandes acontecimientos que marcan este año extraordinario, ocupa un lugar...
Un tiempo de gracia y esperanza El Jubileo 2025 es un camino que une fe, esperanza y fraternidad. Entre los grandes acontecimientos que marcan este año extraordinario, ocupa un lugar...
Entre los grandes acontecimientos que marcan este año extraordinario, ocupa un lugar especial el Jubileo de la Consolación:
Un momento dedicado a quienes llevan en su corazón la necesidad de consuelo y paz.
El consuelo, en el lenguaje de la tradición cristiana, es mucho más que un gesto de cercanía: es la certeza de que Dios acompaña cada paso de la humanidad, transformando la fragilidad en fuerza y el dolor en esperanza. Este acontecimiento nos llama a todos, creyentes y laicos, a redescubrir el valor de la escucha, el cuidado mutuo y la solidaridad como herramientas para una auténtica renovación interior.
Roma, corazón del Jubileo, será el lugar donde miles de peregrinos se reunirán para celebrar la consolación como una experiencia de fe viva y compartida. No una emoción pasajera, sino un camino que deja huellas tangibles en la vida cotidiana: la capacidad de resurgir, de apoyar a quienes atraviesan dificultades, de iluminar las situaciones difíciles.
El Jubileo de la Consolación invita a todos a ser testigos de la misericordia y a valorar el valor de este encuentro.
Para quienes deseen vivir y recordar la experiencia, la Tienda Oficial del Jubileo ofrece objetos y objetos que acompañan la peregrinación, signos tangibles de un acontecimiento destinado a permanecer en el corazón.
El tema de la consolación ha recorrido la historia de los Jubileos de diferentes formas:
• Jubileo de 1300: el primero proclamado por Bonifacio VIII con la bula papal Antiquorum habet fida relatio. Presenció una afluencia extraordinaria de peregrinos, muchos de los cuales buscaban no solo indulgencia, sino también consuelo espiritual en una época marcada por la guerra y la hambruna.
• Jubileo de 1575 – San Felipe Neri se distinguió en la acogida de los peregrinos, a través de la Cofradía de la Santísima Trinidad de Peregrinos, transformando Roma en ciudad de misericordia y de consuelo.
• Jubileo del 2000 – San Juan Pablo II prestó particular atención a quienes atravesaban situaciones dolorosas, organizando momentos de oración y encuentros para los enfermos y los que sufren, subrayando la consolación como don y misión de la Iglesia.
Estos precedentes nos recuerdan que cada Año Santo es también una invitación a cuidar de los demás, a dar esperanza y a construir comunidades solidarias.
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